Rendirse jamás. Por eso, hoy quiero decirte: "Acepta lo que venga con mucha paciencia y pide fortaleza al Señor en todo momento". Deja de lamentarte por los errores del pasado y da un salto de fe. Abre tu corazón y dale la oportunidad a Dios de transformarte por completo a través de las pruebas, pues Él en ti, puede hacer grandes cosas, incluso hasta desconocidas por ti mismo. Permítele al Dios de la renovación hacer una obra original en ti. Ten fe y no desmayes, Dios quiere que te pongas de pie, sigas luchando y no desesperes en las dificultades, pues Él camina contigo. Amén.
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