Se dice que el tiempo cambia las cosas, pero en realidad tienes que cambiarlas tú con el paso del tiempo, pon de tu parte y confía en el Señor. Sé que no es sencillo, pero debes mantener la alegría en medio de la angustia. La diferencia entre las personas felices y las tristes no es la ausencia de problemas sino la actitud con que se enfrentan. Revisa tu vida y date cuenta si las actitudes que estás teniendo son coherentes con lo que deseas alcanzar. Ten en cuenta que a veces las cosas no saldrán como deseas, y con eso Dios puede decirte que tiene mejores planes para ti. Repite ahora: “Señor, dame hoy la fuerza y el ánimo que requiero para alcanzar mis sueños. Dame la fortaleza para enfrentar los problemas y poder transformarlos en bendiciones. Amén”.
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