Vive la vida con serenidad, no con lamentaciones. Si te acostumbras a ver siempre algo bueno en las dificultades, te superarás con más facilidad. Comienza a contar las bendiciones que Dios te ha dado en medio de la prueba ¡Confía en su poder! Recuerda lo que el primer Papa te dice: "Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque Él cuida de ustedes" (1 Pedro 5,7) Dios puede llevarte a nuevos, maravillosos y milagrosos comienzos. Él siempre tiene la última palabra. Pon tu confianza en DIOS y Él obrará. No permitas que el miedo te haga ver tus problemas más grandes de lo que son. Enfréntalos con optimismo, pues Dios te da las fuerzas para vencer ¡ÁNIMO!
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