Ten la certeza de que no fuiste creado para ser infeliz ni sufrir para siempre. Dios quiere verte sonreír y gozar. En este momento, pon toda tu fe en tus oraciones y clama al Dios del cielo para que te tome en sus manos y te haga sentir todo su amor. Repite con confianza como el Salmista: "Dios te cuida y te protege; Dios está siempre a tu lado". (Salmo 121,5) Todos los días tienes que enamorarte de la vida, es un regalo. No te des por vencido ante ninguna dificultad. Vence toda actitud negativa y confía en Dios. Vive un momento intenso de oración y deja que la alegría de Dios llene tu corazón.
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